Domingo, 15 de octubre de 2006
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Multan por segunda vez a Renfe por exceso de ruido en unas obras nocturnas en Abando
Un juez confirma la sanción de 600 euros que le impuso el Consistorio a raíz de la denuncia del mismo vecino
Multan por segunda vez a Renfe por exceso de ruido en unas obras nocturnas en Abando
ESTACIÓN. Las obras molestaron en Hurtado de Amézaga. / M. ATRIO
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El ruido ha vuelto a ser protagonista de un litigio del Ayuntamiento de Bilbao contra quien considera que ha vulnerado la ordenanza de protección de medio ambiente. El Juzgado de lo Contencioso número 1 de la ciudad ha avalado las tesis de la concejalía de Urbanismo en el pleito que mantenía contra Renfe por superar el nivel de decibelios permitido en la estación de Abando, a cuenta de unas obras ejecutadas en horario nocturno. La sentencia confirma la sanción de 600 euros impuesta por el área que gestiona Julia Madrazo a la compañía ferroviaria, en este caso, a Infraestructuras Ferroviarias Adif.

La resolución tiene una doble lectura. La parte quizá más anecdótica reside en que se trata de la segunda vez que Renfe resulta sancionada por el mismo motivo, a raíz de una denuncia tramitada ante el Consistorio por el mismo vecino, habitante de la calle Hurtado de Amézaga, junto a la zona en obras señalada. Pero lo más importante, según fuentes municipales, consiste en que un juez reitera que la contaminación acústica afecta a la salud, sobre todo en horario de descanso. Además, apuntan los mismos medios, se consolidaría un argumento esgrimido por el Consistorio: que una empresa de carácter estatal como es Renfe tiene que respetar las normativas municipales sobre ruidos.

48 decibelios

Los hechos se remontan a primeros de diciembre de 2004, cuando un vecino se quejó del exceso de decibelios que tenía que soportar por unas obras cerca de la estación. En concreto, la compañía ferroviaria trabajaba en la alineación y nivelado de las vías. Alertada por el residente, la Policía Municipal midió a las dos de la madrugada el nivel de ruidos en la vivienda del afectado: los aparatos obtuvieron hasta 48 decibelios, cuando la ordenanza autoriza un máximo de 30. Por este motivo, Urbanismo impuso una sanción de 600 euros a la empresa, que la recurrió.

En una resolución dictada el 14 de julio de 2006, el juzgado desestima el recurso y ampara las actuaciones municipales. La firma ferroviaria alegó que se le multaba «por infracción de un día concreto» y defendió «el principio de buena fe». Finalmente, el juez sostiene que la Administración está obligada a velar para que los ciudadanos no sufran «un medio ambiente deteriorado por la contaminación acústica que pueda afectar a su propia integridad física».

Este es básicamente el mismo argumento que empleó la Justicia para resolver el conflicto anterior, de octubre de 2003. En aquella ocasión, Renfe alegó que realizaba las obras de noche para no alterar la circulación de trenes por el día. Entonces, la concejalía dirigida por Julia Madrazo replicó que no había avisado con antelación de los trabajos nocturnos para prevenir al vecindario y que los niveles de ruido eran «absolutamente intolerables para el necesario descanso de los vecinos». Por ello, le impuso una multa de 900 euros, ratificada también por el juez.

 
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